lunes, 25 de diciembre de 2017

Las manos de Dios

Cuando observo el campo sin arar, cuando los aperos de labranza están olvidados, cuando la tierra está quebrada y abandonada, me pregunto: ¿dónde estarán las manos de Dios?

Cuando observo la injusticia, la corrupción, el que explota al débil; cuando veo al prepotente pedante enriquecerse del ignorante y del pobre, del obrero y del campesino, carentes de recursos para defender sus derechos, me pregunto: ¿ dónde estarán las manos de Dios?

Cuando contemplo a esa anciana olvidada; cuando su mirada es nostalgia y balbucea todavía algunas palabras de amor por el hijo que la abandonó, me pregunto: ¿ dónde estarán las manos de Dios?

Cuando veo al moribundo en su agonía lleno de dolor; cuando observo a su pareja y a sus hijos deseando no verle sufrir; cuando el sufrimiento es intolerable y su lecho se convierte en un grito de súplica de paz, me pregunto: ¿dónde estarán las manos de Dios?

Cuando miro a ese joven antes fuerte y decidido, ahora embrutecido por la droga y el alcohol, cuando veo titubeante lo que antes era una inteligencia brillante y ahora harapos sin rumbo ni destino, me pregunto: ¿dónde estarán las manos de Dios?

Cuando a esa chiquilla que debería soñar en fantasías, la veo arrastrar su existencia y en su rostro se refleja ya el hastío de vivir, y buscando sobrevivir se pinta la boca y se ciñe el vestido y sale su cuerpo a vender, me pregunto: ¿dónde estarán las manos de Dios?

Cuando aquel pequeño a las tres de la madrugada me ofrece su periódico, su miserable cajita de dulces sin vender, cuando lo veo dormir en la puerta de un zaguán titiritando de frío, con unos cuantos periódicos que cubren su frágil cuerpecito, cuando su mirada me reclama una caricia, cuando lo veo sin esperanzas vagar con la única compañía de un perro callejero, me pregunto: ¿dónde estarán las manos de Dios?

Y me enfrento a El y le pregunto: ¿dónde están tus manos Señor? para luchar por la justicia, para dar una caricia, un consuelo al abandonado, rescatar a la juventud de las drogas, dar amor y ternura a los olvidados? después de un largo silencio, escuché su voz que me reclamó ¿no te das cuenta que tú eres mis manos?, atrévete a usarlas para lo que fueron hechas, para dar amor y alcanzar estrellas”.

Y comprendí que las manos de Dios somos “TU y YO” , los que tenemos la voluntad, el conocimiento y el coraje para luchar por un mundo más humano y justo, aquellos cuyos ideales sean tan altos que no puedan dejar de acudir a la llamada del destino, aquellos que desafiando el dolor, la crítica y la blasfemia se reten a sí mismos para ser las manos de Dios.

Señor, ahora me doy cuenta que mis manos están sin llenar, que no han dado lo que deberían dar, te pido perdón por el amor que me diste y que no he sabido compartir, las debo usar para amar y conquistar la grandeza de la creación.

El mundo necesita esas manos, llenas de ideales y estrellas, cuya obra magna sea contribuir día a día a forjar una nueva civilización, que busquen valores superiores, que compartan generosamente lo que Dios nos ha dado y puedan al final llegar vacías, porque entregaron todo el amor para lo que fueron creadas, y Dios seguramente te dirá:



¡ESAS SON MIS MANOS!

domingo, 3 de septiembre de 2017

El ángel de los niños

Refiere una antigua leyenda que un niño que todavía no había nacido, le dijo un día a Dios: 

-Me dicen que me vas a enviar mañana a la tierra, pero ¿Cómo viviré allá tan pequeño y tan débil como soy?

-Entre los muchos ángeles escogí uno que te esperará- le contestó Dios.

-Pero dime Dios, acá en el cielo no hago más que cantar y sonreír y eso basta para mi felicidad. ¿Podré hacerlo allá?

-Yo enviaré un ángel para que cante y sonría para ti todos los días. Y te sentirás feliz con sus canciones y sonrisas.

-¿Y cómo entenderé cuando me hablen si no conozco el extraño idioma de los hombres?

-Un ángel te hablará las palabras más dulces y más tiernas que escuchan los humanos. Él te enseñará.

-¿Qué haré cuando quiera hablar contigo?

-Un ángel juntará tus manitas y te enseñará una oración.

-Señor, he oído que en la tierra hay hombres malos, ¿quién me defenderá?

-Un ángel te defenderá aunque le cueste la vida.

-Señor-le dijo el niño- pero estaré siempre triste porque no te veré más, me sentiré muy solo.

-Un ángel te hablará siempre de mí y te mostrará el camino para un día volver a mi Presencia.

En ese instante una inmensa paz reinaba en el cielo, no se escuchaban voces terrestres. 

El niño repetía suavemente: Señor, dime el nombre del ángel. Señor, dime el nombre del ángel..Quiero saber su nombre.

-El Señor contestó: se llama: Mamá.

Cuando el Odio quiso matar el Amor

Escuché una vez este relato: Cuentan que en la historia del mundo hubo un día terrible en el que el Odio, que es el rey de los malos sentimientos, los defectos y las malas virtudes, convocó a una reunión urgente con todos los sentimientos más oscuros del mundo y los deseos más perversos del corazón humano. 

Estos llegaron a la reunión con curiosidad de saber cuál era el propósito. Cuando estuvieron todos habló el Odio y dijo: "Os he reunido aquí a todos porque deseo con todas mis fuerzas matar a alguien". 

Los asistentes no se extrañaron mucho pues era el Odio que estaba hablando y él siempre quiere matar a alguien, sin embargo, todos se preguntaban entre sí quién sería tan difícil de matar para que el Odio los necesitara a todos. "Quiero que matéis al Amor", dijo. 

Muchos sonrieron malévolamente pues más de uno quería destruirlo.

El primer voluntario fue el Mal Carácter, quien dijo: "Yo iré, y les aseguro que en un año el Amor habrá muerto; provocaré tal discordia y rabia que no lo
soportará".

Al cabo de un año se reunieron otra vez y al escuchar el informe del Mal Carácter quedaron decepcionados. "Lo siento, lo intenté todo pero cada vez que yo sembraba una discordia, el Amor la superaba y salía adelante".

Fue entonces cuando, muy diligente, se ofreció la Ambición que haciendo alarde de su poder dijo: "En vista de que el Mal Carácter fracasó, iré yo. 

Desviaré la atención del Amor hacia el deseo por la riqueza y por el poder. Eso nunca lo ignorará". 

Y empezó la Ambición el ataque hacia su víctima quien efectivamente cayó herida y la adoró en sus ídolos, que son una tentación constante, y una causa frecuente del alejamiento del amor verdadero. 

Pero, después de luchar por salir adelante, el Amor renunció a todo deseo desbordado de poder y triunfó de nuevo.

Furioso el Odio por el fracaso de la Ambición envió a los Celos, quienes burlones y perversos inventaban toda clase de artimañas y situaciones para despistar el amor y lastimarlo con dudas y sospechas infundadas. 

Pero el Amor confundido lloró y pensó que no quería morir, y con valentía y fortaleza se impuso sobre ellos, y los venció.

Año tras año, el Odio siguió en su lucha enviando a sus más hirientes compañeros, envió a la Frialdad, al Egoísmo, la Indiferencia, la Pobreza, la Enfermedad y a muchos otros que fracasaron siempre, porque cuando el Amor se sentía desfallecer tomaba de nuevo fuerza y todo lo superaba.

Cuando venían las Desgracias parecía sucumbir, pues como decía Claudio de Colombiere los golpes imprevistos no permiten muchas veces que uno aproveche de ellos, a causa del abatimiento y turbación que levantan en el alma; mas con un poquito de paciencia, se ve como Dios dispone a recibir gracias muy grandes precisamente por aquel medio. 

Sin tales percances tal vez no habría sido el amor del todo malo, pero tampoco del todo bueno.

El Odio, convencido de que el Amor era invencible, les dijo a los demás: "No podemos hacer nada más... El Amor ha soportado todo, llevamos muchos años insistiendo y no lo logramos”.

De pronto, de un rincón del salón se levantó alguien poco reconocido, que vestía todo de negro y con un sombrero gigante que caía sobre su rostro y no lo dejaba ver, su aspecto era fúnebre como el de la muerte. 

"Yo mataré el Amor”, dijo con seguridad. Todos se preguntaron quién era ese que pretendía hacer solo, lo que ninguno había podido. El Odio dijo: "Ve y hazlo".

Tan sólo había pasado algún tiempo cuando el Odio volvió a llamar a todos los malos sentimientos para comunicarles después que, de mucho esperar, por fin el Amor había muerto.

Todos estaban felices, pero sorprendidos. Entonces el sentimiento del sombrero negro habló: "Ahí os entrego el Amor totalmente muerto y destrozado", y sin decir más ya se iba.

"Espera", dijo el Odio, "en tan poco tiempo lo eliminaste por completo, lo desesperaste y no hizo el menor esfuerzo para vivir. ¿Quién eres?"

El sentimiento levantó por primera vez su horrible rostro y dijo: "soy La Rutina." 

Enamórate de un hombre...

No te enamores de un hombre que trabaje todo el día y llegue a casa cansado, enamórate de un hombre que trabaje lo necesario y llegue a casa en el momento justo para compartir contigo.

No te enamores de un hombre que tenga riquezas materiales sino de uno que tenga riquezas espirituales.

No te enamores de un hombre que sepa satisfacerte sexualmente sino de aquel que piense en complacer tu cuerpo y espíritu.

No te enamores de un hombre que se levante con sueño, sino de un hombre que se levante una hora antes, medite y te espere.

No te enamores de un hombre que cuenta años de matrimonio como trofeo, sino de aquel que te haga sentir todos los días como en la luna de miel.

No te enamores de un hombre que hable mucho, sino de un hombre que hable lo necesario y sepa escuchar.

No te enamores de un "Supermacho" sino de un hombre que tenga desarrolladas cualidades de caballerosidad, sensibilidad y detalle.

No te enamores de un fisicoculturista, enamórate de un hombre que sepa utilizar sus músculos en el momento justo.

No te enamores de un hombre que utilice sus palabras para herir, enamórate de aquel que utilice las palabras como poesía.

Te puedes enamorar de cualquier hombre, pero uno verdadero debe saber cómo abrir y acariciar los pétalos en una dama.

El ave enamorada.

Entre el follaje de un enorme árbol el plena floración, se podía distinguir con facilidad una pequeña rama seca. 

Todas las mañanas de aquel frío inverno, al salir el sol, la rama daba la sensación de ser un brillante arete, un arete de plata... a lo lejos, en el cielo ya teñido de luz, una mañana un ave volaba haciendo sus acostumbrados "ejercicios matinales". 

De pronto, allá a la distancia, observa un destello plateado entre el verde oscuro follaje de un bello árbol. ¿y eso, que será? -Se preguntó- y presurosa voló hacia  el sitio destellante... Al acercarse, pudo ver la causa; la seca rama estaba llena de rocío y este brillaba con los primeros rayos del sol de la alborada.

-¡Una rama de plata!- exclamó jubilosa. ¡y es toda mía, que suerte!  e inmediatamente se posa en ella, al contacto, la ramita desparramó el rocío como luces de bengala. ¡"Es un tesoro y es mio"!  - se dijo el pajarito - desde hoy, aquí viviré y nunca me separaré de ella; ¡No vaya ser que si me descuido me la vayan a robar! desde hoy, declaro a esta rama de plata, propiedad privada de mi.

¡Dicho y Hecho! todos los días; tarde, noche y madrugada el pajarito permanecía posado en  su "adorada rama de plata", aunque sed y hambre sintiera, le importaba poco, pues hacia de cuenta que nada sentía, que todo comía  y todo bebía; pues se sentía el ave mas afortunada de todas las aves, ya que solo ella, una rama plateada tenía.. ¡Su rama plateada, y el ave de ella, vive enamorada!

Aves que pasaban, decían y advertían: "Vente compañero, vamos a comer frutos deliciosos y granos también y a beber agua deliciosa que nos da la fuente de aquel manantial, y a gozar de la suave brisa que te da el volar."  No sigas ahí, te vas a morir... 

No es lo que tu crees; "Tu plateada rama"  que solo se trata de una rama seca, que muy pronto el tiempo verá derribada.. ¡Envidiosas! grita el pajarito: "Mi preciosa rama me quieren quitar, pero nunca el gusto les voy a dar".

Tres días mas desfilaron... y pasa por ahí el niño "Carlitos" con su resortera; un gran cazador, al mirar el ave, sus piedras tiró; unas pasan lejos, otra casi pega... Pero el ave, necia que ni se movía, pues su rama  de plata no abandonaría.  

Otra piedra le "voló" una  pluma, y el pajarito aleteó un poco, pero no voló... otra piedra la rama rompió y ya desprendida voló por el aire  y al suelo fue a dar, ni así el pajarito se quiso soltar... ¡Necio! quizá exclamarás. 

Y aunque tu no lo creas... ya se hallaba muerto... "De amor" pero es seguro que el día de mañana , volverá a volar.. y es que "Carlitos" ninguna piedra le pudo acertar!

"La necedad, es "cualidad" de enamorados"

Enamorarse es lo mas bello "del mundo"¡Si, pero sin olvidar todo lo demás y mucho menos la libertad compartida !

Los golpes nos hacen madurar, pero la mayoría, ni a golpes aprenden. Que le vamos a hacer, la vida es así; no como te decían o como creías... ¡ Vívela!

El niño que pudo hacerlo

Dos niños llevaban toda la mañana patinando sobre un lago helado cuando, de pronto, el hielo se rompió y uno de ellos cayó al agua. 

La corriente interna lo desplazó unos metros por debajo de la parte helada, por lo que para salvarlo la única opción que había era romper la capa que lo cubría.

Su amigo comenzó a gritar pidiendo ayuda, pero al ver que nadie acudía buscó rápidamente una piedra y comenzó a golpear el hielo con todas sus fuerzas.

Golpeó, golpeó y golpeó hasta que consiguió abrir una grieta por la que metió el brazo para agarrar a su compañero y salvarlo. 

A los pocos minutos, avisados por los vecinos que habían oído los gritos de socorro, llegaron los bomberos. Cuando les contaron lo ocurrido, no paraban de preguntarse cómo aquel niño tan pequeño había sido capaz de romper una capa de hielo tan gruesa.

-Es imposible que con esas manos lo haya logrado, es imposible, no tiene la fuerza suficiente ¿Cómo ha podido conseguirlo? -comentaban entre ellos.

Un anciano que estaba por los alrededores, al escuchar la conversación, se acercó a los bomberos.

-Yo sí sé cómo lo hizo -dijo.

-¿Cómo? -respondieron sorprendidos.

-No había nadie a su alrededor para decirle que no podía hacerlo.

Algo normal

Ayer vi a un hombre, y se me hizo normal; vi que tenía una nariz y me pareció normal; volví a mirar y me di cuenta de que tal hombre tenía una boca, y nuevamente se me hizo normal...

De pronto me di cuenta de que mi concepto de la normalidad de un ser humano era aquel que tenía tales características: dos ojos, una nariz, una boca, caminaba y era normal.

Ayer vi unos niños jugando en el parque, y se me hizo normal que estuvieran jugando; me vi fumar y se me hizo normal que yo fumara; vi en la calle a un policía prepotente golpeando a un joven y se me hizo normal; como normal me parece ver en el cine escenas de violencia, de pornografía, de alcoholismo y drogadicción y una serie de antivalores. 

Lo mismo pasa cuando veo la televisión en mi propia casa, con mi familia, en un horario, que hasta los niños pueden estar presentes...

Todo lo anterior tan normal como ver a un hombre con dos ojos, una nariz y una boca...

Ya me parece normal también la contaminación del ambiente, por la basura , el smog, las heces fecales , el ruido, el claxon de los autos, los residuos químicos de las fábricas; la contaminación de almas y de las mentes; verá toda la gente esquizofrénica, también es normal.

En mi escuela, mis amigos consumen droga, no estudian, copian exámenes, sobornan a los maestros; también abusan de los alumnos, conozco algunos que, cuando pueden, cometen actos de vandalismo; tienen problemas en su casa, en la escuela y en el trabajo, no le encuentran sentido a la vida, y con frecuencia se escucha en las noticias de jóvenes que se suicidan , porque están deprimidos...

Mi vecina tiene apenas 14 años y ya está embarazada, pero sus padres no lo saben; como ella he visto a muchas jóvenes desorientadas, que se prostituyen, que tienen relaciones sin tantos preámbulos; todo tan normal, como un hombre con dos ojos, una nariz y una boca.

Si vieras que también me parece normal que haya gente que no trabaja, sin casa, personas que mueren de frío familias que no tienen que comer, que haya gente pidiendo ayuda, que haya jóvenes, adolescentes y niños, que no pueden estudiar...

No te preocupes, que también es normal ser ateo, no creer en Dios; no ir a misa los domingos, decir que Jesucristo está pasado de moda...

Es normal ser corrupto; es normal divorciarse, tener amante, tener familias desunidas; como es normal la venganza, el aborto, la mentira, la tranza, tan normal como un hombre con dos ojos, una nariz y una boca.

Es normal que los chavos usen aretes, que tengan tatuajes en el cuerpo, que se pinten el cabello; que las mujeres vistan como hombres, que anden semidesnudas, que cambien radicalmente de modas continuamente...

Es normal que se frecuente la lectura de las cartas y el tarot, de los horóscopos, el deseo de saber más acerca del futuro; es tan normal como aquel hombre con dos ojos, una nariz y una boca...

Nos hemos hecho tan insensibles a los demás, desde nuestra propia familia, que ya no nos damos cuenta de la situación que estamos viviendo; del futuro que estamos construyendo. No valoramos lo que otros han hecho y que nos han dejado como herencia.

¿Te has visto en alguna de estas situaciones?

¿Verdad que nos parece tan normal?...

¿Qué te parece si nos volvemos anormales?

Hay que meditar sobre esto; nuestro mundo está desconfigurado, si a nosotros esto nos parece normal...entonces...

Cómo serán las personas del futuro...

Matilde Obregón

Gestión estratégica

Primera cátedra:
Un cuervo está sentado en un árbol todo el día sin hacer nada. Un pequeño conejo ve al cuervo y le pregunta:

– ¿Puedo sentarme como tú y no hacer nada todo el día?

El cuervo responde:

– Claro, ¿Por qué no?

El conejo se sienta en el suelo debajo del árbol y se relaja. 

De pronto una zorra aparece y se come al conejo.

Conclusión: Para estar sentado sin hacer nada, Usted debe estar en la cima.

Segunda cátedra:
En África todas las mañanas el venado despierta sabiendo que debe llegar a correr más rápido que el león si quiere seguir vivo.

Todas las mañanas el león despierta sabiendo que debe correr más que el venado si no quiere morir de hambre.

Conclusión: No hace diferencia si usted es venado o león; cuando el sol salga usted tiene que empezar a correr para sobrevivir.

Tercera cátedra:
Dos funcionarios y el gerente de una empresa salen a almorzar y, en la calle, encuentran una antigua lámpara mágica.

Ellos frotan la lámpara y dentro de ella sale un genio.

El genio les dice:

– Yo sólo puedo conceder tres deseos, así que daré uno a cada uno de ustedes.

– ¡Yo primero, yo primero! grita uno de los funcionarios. Yo quiero estar en las Bahamas dirigiendo un barco, sin tener ninguna preocupación en la vida... ¡Puff! y se fue...

El otro funcionario se apresura a hacer su solicitud: 

- ¡Yo quiero estar en Hawai, con el amor de mi vida y tomar interminables piñas coladas! ¡Puff!, y se fue...

Ahora Usted, dice el genio al gerente.

- Yo quiero a esos dos tontos de vuelta a la oficina después del almuerzo para una reunión.

Conclusión: Deja siempre que tu jefe hable primero.

Cuarta cátedra:
Un cura va conduciendo por una carretera cuando ve a una monja en pie en el arcén. 

Él para el auto y ofrece llevarla, lo que la monja acepta. 

Ella entra en el coche y cruza las piernas mostrando su belleza. 

El cura se descontrola y casi choca con otro auto. 

Después de lograr controlar el coche y evitar un accidente, no se resiste y pone la mano en la pierna de la monja.

La monja lo mira y dice:

- Padre, recuerde el salmo 129...

El Padre se perturba:

- Disculpe, hermana, la carne es débil... y saca la mano de la pierna de la monja.

Llegando a su destino la monja agradece y, con una sonrisa enigmática, baja del auto y entra al convento.

Así que llega a la iglesia, el cura corre hacia las Escrituras para leer el Salmo 129, que dice:

"Adelante, persista, más arriba encontrará la gloria del paraíso".

Conclusión: Si usted no está bien informado sobre su trabajo, puede perder excelentes oportunidades.

Quinta cátedra:
Un granjero resuelve juntar algunas frutas en su propiedad. 

Toma un cubo vacío y sigue rumbo a los árboles frutales. 

En el camino, al pasar por una laguna, escucha voces femeninas y cree que probablemente algunas mujeres invadieron sus tierras. 

Al acercarse lentamente, encuentra bellas chicas desnudas bañándose en la laguna. 

Cuando se dan cuenta de su presencia, nadan hasta la parte más profunda de la laguna y gritan:

– ¡Nosotras no vamos a salir de aquí mientras usted no deje de espiarnos y se vaya!

El granjero responde:

– Yo no vine aquí para espiarlas a ustedes. Yo sólo vine para ¡alimentar a los cocodrilos!

Conclusión: La creatividad es lo que hace la diferencia en la hora de alcanzar nuestros objetivos más rápido.

Por lo tanto:
Antes de hablar, escucha...
Antes de escribir, piensa...
Antes de gastar, gana...
Antes de juzgar, espera...
Antes de renunciar, intenta...

“En el mundo siempre habrá personas que te van a amar por lo que eres, y otras que te van a odiar por la misma razón."

“Si haces un favor nunca lo recuerdes; si recibes uno, nunca lo olvides.”

Reyes Magos

Mamá, mamá… Mis amigas del cole dicen que los Reyes Magos son los padres ¿Es verdaaaad?

La madre de Maria sonríe, le da un beso y le dice:

- Mira Maria… Tengo que enseñarte algo que guardo en este cajón desde hace 7 años.

Su madre saca del cajón un sobre blanco. Lo abre y le dice a Maria:

- Esta carta la recibimos en casa el día en que naciste. Es una carta escrita por los Reyes Magos y que nos piden que les hagamos tres favores. ¿Quieres que te la lea?

- ¡Sí mamá, por faaaavor!

Apreciado papá y apreciada mamá de Maria:

Somos los Reyes Magos, sabemos que acaba de nacer Maria; es una niña preciosa que lo va a hacer muy felices a los dos. 

Ya sabes  que cada 6 de enero nosotros vamos en silencio a casa de todos los niños y les dejamos unos regalitos para celebrar el nacimiento del niño Jesús y para decirles lo orgullosos que estamos de ellos.

Pero a partir de ahora no podremos hacerlo porque estamos muy viejecitos y cada vez hay más y más niños en este mundo. 

No podemos ir a casa de todos.

Además, ayer me caí del camello y me rompí el brazo (soy Melchor, un poquito torpe); Gaspar es muy lento porque camina con la ayuda de un viejo bastón y Baltasar, ¡Nuestro viejecito Baltasar!, se olvida siempre de dónde tiene la lista de los regalos. 

Como ves, ya estamos muy mayores y necesitamos perdiles tres favores muy importantes:

1er favor: Que nos ayuden  a poner los regalos a los niños. 

Cada padre y madre harán nuestro trabajo el día de Reyes: leerán las cartas de sus hijos y, con la misma ilusión que la nuestra, les pondrán los regalos como si fuéramos nosotros. 

Así todos los niños del mundo tendrán sus regalos y nosotros podremos descansar y ver, desde lo lejos, sus caritas de alegría.

2º favor: Como esto es un gran secreto, no se lo podréis decir a Maria hasta que cumpla los 7 años. 

Cuando tenga esta edad, ya será mayor y sabrá guardar este secreto. 

Los niños pequeños no deben saber que nosotros ya no podemos poner los regalos y que son los padres los que nos ayudan porque si no… ¿qué pensarán de nosotros? ¿Dónde estará la magia? 

El secreto se ha de decir solo a los niños responsables, a los que ya pueden entender que nosotros les queremos mucho y que por eso pedimos ayuda a sus padres, las personas que más los quieren a ellos.

3er favor: Algunos padres que nos ayudan están enfermos o no tienen dinero para comprar regalos a sus hijos.

Y también hay niños que no tienen la suerte de tener dos papás. 

Por eso, necesitamos que sus hijos se conviertan “un poquito” en Reyes Magos y compartan algunos regalos con los niños que no tienen tanta suerte como ellos.

Nada más. ¿No es demasiado, verdad?

Cuando Maria te pregunte por primera vez quiénes son los Reyes Magos léele esta carta. 

Entenderá por qué nosotros hemos confiado en ustedes para hacer nuestro trabajo: porque son las personas que más lo quieren en el mundo y que mejor pueden ver su enorme y bondadoso corazón de perla.

Melchor, Gaspar y Baltasar.

Autor anónimo... pero seguro y sin dudarlo la escribió algún rey mago

En bicicleta con Dios.

Al principio veía a Dios como el que me observaba, como un juez que llevaba cuenta de lo que hacía mal, como para ver si merecía el cielo o el infierno cuando muriera. 

Era como un presidente, reconocía su foto cuando la veía, pero realmente no lo conocía.

Pero luego reconocí a mi Salvador; parecía como si la vida fuera un viaje en bicicleta, pero era una bici de dos, y noté que Dios viajaba atrás y me ayudaba a pedalear.

No sé cuándo sucedió, no me di cuenta cuando fue, que Él sugirió que cambiáramos lugares, lo que sí sé es que mi vida no ha sido la misma desde entonces.

Mi vida con Dios es muy emocionante. Cuando yo tenía el control, yo sabía a donde iba. 

Era un tanto aburrido, pero predecible.

Era la distancia más corta entre dos puntos. 

Pero cuando Él tomó el liderazgo, Él conocía otros caminos, caminos diferentes, hermosos, por las montañas, a través de lugares con paisajes, velocidades increíbles. 

Lo único que podía hacer era sostenerme; aunque pareciera una locura, Él sólo me decía: "¡Pedalea!"

Me preocupaba y ansiosamente le preguntaba, "¿A dónde me llevas?" Él sólo sonreía y no me contestaba, así que comencé a confiar en Él. 

Me olvidé de mi aburrida vida y comencé una aventura, y cuando yo decía "estoy asustado", Él se inclinaba un poco para atrás y tocaba mi mano.

Él me llevó a conocer gente con dones, dones de compartir y aceptación, Ellos me dieron esos dones para llevarlos en mi viaje; nuestro viaje, de Dios y mío.

Y allá íbamos otra vez. Él me dijo: "Comparte estos dones, dalos a la gente, son sobrepeso, mucho peso extra". Y así lo hice... a la gente que conocimos, encontré que en el dar yo recibía y mi carga era ligera.

No confié mucho en Él al principio, en darle el control de mi vida. Pensé que la echaría a perder, pero Él conocía cosas que yo no sabía acerca de andar en bici... secretos. 

Él sabía cómo doblar para dar vueltas cerradas, brincar para librar obstáculos llenos de piedras, inclusive volar para evitar horribles caminos.

Y ahora estoy aprendiendo a callar y pedalear por los más extraños lugares.

Estoy aprendiendo a disfrutar de la vista y de la suave brisa en mi cara y sobre todo de la increíble y deliciosa compañía de mi Dios.

Y cuando estoy seguro que ya no puedo más, Él sólo sonríe y me dice: "¡Pedalea!"

El Triunfo

Cuando el egoísmo no limite tu capacidad de amar. 

Cuando confíes en ti mismo aunque todos duden de ti y dejes de preocuparte por el qué dirán. 

Cuando tus acciones sean tan concisas en duración como largas en resultados. 

Cuando puedas renunciar a la rutina sin que ello altere el metabolismo de tu vida. 

Cuando sepas distinguir una sonrisa de una burla, y prefieras la eterna lucha que la compra de la falsa victoria.

Cuando actúes por convicción y no por adulación. 

Cuando puedas ser pobre sin perder tu riqueza y rico sin perder tu humildad. 
Cuando sepas perdonar tan fácilmente como ahora te disculpas. 

Cuando puedas caminar junto al pobre sin olvidar que es un hombre, y junto al rico sin pensar que es un Dios.

Cuando sepas enfrentar tus errores tan fácil y positivamente como tus aciertos.

Cuando halles satisfacción compartiendo tu riqueza. 

Cuando sepas obsequiar tu silencio a quien no te pide palabras, y tu ausencia a quien no te aprecia.

Cuando ya no debas sufrir por conocer la felicidad y no seas capaz de cambiar tus sentimientos o tus metas por el placer.

Cuando no trates de hallar las respuestas en las cosas que te rodean, sino en Dios y en tu propia persona.

Cuando aceptes los errores, cuando no pierdas la calma, entonces y sólo entonces, serás... ¡UN TRIUNFADOR!

A veces tratamos mejor a los extraños.

Una señora chocó con un extraño cuando caminaba.

“Disculpe Ud., le dijo y él la otra persona le contestó: “No, disculpe usted.  No la miré cuando venía!  

Ambos fueron muy amables. 

Continuaron su camino y se dijeron adiós.  

Pero al llegar a casa otra historia se desarrolló.  

Esa misma tarde mientras la señora cocinaba, su hija se paró muy firme por un lado sin que ella se diera cuenta.

Cuando se dio la vuelta casi la tumbó. ¡Quítate de aquí porque me estorbas! - le gritó.  

La niña se fue con su corazoncito destrozado.  

Realmente la señora no se percató de lo fuerte que le gritó.  

Por la noche cuando se acostó, escuchó una voz muy baja que le decía: ¡Cuando hablaste con un extraño, fuiste cortés, pero con la criatura que amas, te portaste grosera! ¡Mira en el piso de la cocina y encontrarás unas flores cerca de la puerta! ¡Esas flores las escogió tu hija especialmente para ti; la  niña se acercó silenciosamente para no arruinar la sorpresa.  

Pero tú ni te diste cuenta de las lágrimas en sus ojos!.

En ese momento, la señora se sintió el ser más insignificante y las  lágrimas comenzaron a salir de sus ojos.

Lentamente, fue al cuarto de su hija y se arrodilló al borde de su cama y le dijo: ¡”Despierta cariño, despierta chiquilla”!, estas flores ¿Las escogiste para mí, mi amor?. 

La niña sonrió y dijo: ¡”Las encontré cerca de un árbol y las recogí porque sabía que te gustarían, especialmente la azul.

¡Hija discúlpame por la forma en que te traté en la tarde; no debí gritarte de esa forma!. 

La niña contestó: ¡Mamá, no te preocupes; te quiero de cualquier manera!

Tengamos en cuenta, cómo tratamos a los seres queridos sin importar sus edades.  

Notemos que si nos morimos el día de mañana, en la empresa donde trabajamos nos pueden reemplazar fácilmente en un par de días: pero la familia que dejemos, siempre sentirán nuestra pérdida por el resto de sus vidas y jamás podrán reemplazarnos, y si lo pensamos un poco, invertimos más tiempo a nuestro trabajo que a nuestras familias.  

Una inversión no muy atinada por cierto.

También recordemos que nuestros hijos, a pesar de ser niños o jóvenes merecen respeto y lo menos que pueden esperar de sus padres es AMOR Y PROTECCIÓN. 

Personalidad

Sé cortés y atento con todo el mundo.

Una sonrisa agradable logra maravillas.

Recibe a las visitas cordialmente.

El apretón de manos debe ser sincero y fuerte, nunca flojo..

Retén en tu memoria los nombres de las personas que te presentan.

Cuando hables con alguien, mírale a los ojos.

Habla con seguridad y calma, sin alzar la voz.

Huye de la chismografía y no te mezcles en asuntos privados y personales.

Evita discusiones; mantente sereno, aunque te provoquen,

Cuando estés equivocado, admítelo pronto y francamente.

Sé razonable, tolerante y comprensivo.

Coopera con prontitud y entusiasmo.

Estimula siempre; alaba con generosidad; critica con tacto.

Agradece todos los favores, lo mismo pequeños que grandes.

Cuando des las gracias hazlo expresivamente, no por pura cortesía.

Sé optimista; nunca te lamentes para que no te compadezcan.

Procura no hacer esperar a nadie. Se siempre puntual.

Haz que se respete tu palabra cumpliendo estrictamente todo lo que prometas.

¡Sé integro, correcto, sincero y leal!

Viejo ¡Mi querido viejo!

El día que esté viejo y ya no sea el mismo, ten paciencia y compréndeme.

Cuando derrame comida sobre mi camisa y olvide cómo atarme mis zapatos, recuerda las horas que pase enseñándote a hacer las mismas cosas.

Si cuando conversas conmigo, repito y repito las mismas palabras que sabes de sobra como termina, no me interrumpas y escúchame.

Cuando eras pequeño(a) para que te durmieras tuve que contarte miles de veces el mismo cuento hasta que cerrabas los ojitos.

Cuando estemos reunidos y sin querer haga mis necesidades, no te avergüences y compréndeme que no tengo la culpa de ello, pues ya no puedo controlarlas. 

Piensa cuantas veces cuando niño(a) te ayude y estuve paciente a tu lado esperando a que terminaras lo que estabas haciendo.

No me reproches porque no quiera bañarme; no me regañes por ello. 

Recuerda los momentos que te perseguí y los mil pretextos que te inventaba para hacerte  más agradable tu aseo. 

Acéptame y perdóname. Ya que soy el niño ahora.

Cuando me veas inútil e ignorante frente a todas las cosas tecnológicas que ya no podré entender, te suplico que me des todo el tiempo que sea necesario para no lastimarme con tu sonrisa burlona. 

Acuérdate que yo fui quien te enseñó tantas cosas. 

Comer, vestirte y tu educación para enfrentar la vida tan bien como lo haces, son producto de mi esfuerzo y perseverancia por ti.

Cuando en algún tiempo mientras conversamos me llegue a olvidar de que estamos hablando, dame todo el tiempo que sea necesario hasta que yo recuerde, y si no puedo hacerlo no te burles de mí; tal vez no era importante lo que hablaba y me conforme con que me escuches en ese momento.

Si alguna vez ya no quiero comer, no me insistas. Sé cuánto puedo y cuanto no debo. También comprende que con el tiempo ya no tengo dientes para morder ni gusto para sentir.

Cuando me fallen mis piernas por estar cansadas para andar, dame tu mano tierna para apoyarme como lo hice yo cuando comenzaste a caminar con tus débiles piernas.

Por último, cuando algún día me oigas decir que ya no quiero vivir y solo quiero morir, no te enfades. 

Algún día entenderás que esto no tiene que ver con tu cariño o cuánto te amé.

Trata de comprender que ya no vivo sino que sobrevivo, y eso no es vivir.

Siempre quise lo mejor para ti y he preparado los caminos que has debido recorrer. 

Piensa entonces que con el paso que me adelanto a dar estaré construyendo para ti otra ruta en otro tiempo, pero siempre contigo.

No te sientas triste o impotente por verme como me ves.

Dame tu corazón, compréndeme y apóyame como lo hice cuando empezaste a vivir. 

De la misma manera como te he acompañado en tu sendero te ruego me acompañes a terminar el mío.

Dame amor y paciencia, que te devolveré gratitud y sonrisas con el inmenso amor que tengo por ti.