Un profesor universitario quiso que los alumnos de su clase de sociología se adentrasen en los suburbios de Boston para conseguir las historias de 200 jóvenes.
A los alumnos se les pidió que ofrecieran una evaluación del futuro de cada entrevistado.
En todos los casos los estudiantes escribieron: Sin la menor probabilidad.
25 años después, otro profesor de sociología dio casualmente con el estudio anterior y encargó a sus alumnos un seguimiento del proyecto, para ver qué había sucedido con aquellos chicos.
Con la excepción de 20 individuos, que se habían mudado o habían muerto, los estudiantes descubrieron que 176 de los 180 restantes habían alcanzado éxitos superiores a la media como abogados, médicos y hombres de negocios.
El profesor se quedó atónito y decidió continuar el estudio.
Afortunadamente, todas aquellas personas vivían en la zona y fue posible preguntarle a cada una cómo explicaban su éxito.
En todos los casos, la respuesta, muy sentida, fue: Tuve una maestra.
La maestra aún vivía, y el profesor buscó a la todavía despierta anciana para preguntarle de qué fórmula mágica se había valido para salvar a aquellos chicos de la sordidez del suburbio y guiarlos hacia el éxito.
-En realidad es muy simple - fue su respuesta -
Yo los amaba.
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