domingo, 3 de septiembre de 2017

El Triunfo

Cuando el egoísmo no limite tu capacidad de amar. 

Cuando confíes en ti mismo aunque todos duden de ti y dejes de preocuparte por el qué dirán. 

Cuando tus acciones sean tan concisas en duración como largas en resultados. 

Cuando puedas renunciar a la rutina sin que ello altere el metabolismo de tu vida. 

Cuando sepas distinguir una sonrisa de una burla, y prefieras la eterna lucha que la compra de la falsa victoria.

Cuando actúes por convicción y no por adulación. 

Cuando puedas ser pobre sin perder tu riqueza y rico sin perder tu humildad. 
Cuando sepas perdonar tan fácilmente como ahora te disculpas. 

Cuando puedas caminar junto al pobre sin olvidar que es un hombre, y junto al rico sin pensar que es un Dios.

Cuando sepas enfrentar tus errores tan fácil y positivamente como tus aciertos.

Cuando halles satisfacción compartiendo tu riqueza. 

Cuando sepas obsequiar tu silencio a quien no te pide palabras, y tu ausencia a quien no te aprecia.

Cuando ya no debas sufrir por conocer la felicidad y no seas capaz de cambiar tus sentimientos o tus metas por el placer.

Cuando no trates de hallar las respuestas en las cosas que te rodean, sino en Dios y en tu propia persona.

Cuando aceptes los errores, cuando no pierdas la calma, entonces y sólo entonces, serás... ¡UN TRIUNFADOR!

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